Wednesday

la cosa va de "viajes"

Las mañanas desde mi ventana son preciosas. El jardín de rosas y plantas "sinnombre" florece y el sol acaricia el croissant con té que suelo desayunar. Allí entras tu, con pijama. Y es que se que hay sitios, millones, a los que he de llevarte. Aparte de las mínimas atracciones turísticas como Big Ben, the London Eye, Tower Brigde, Houses of Parlament, o el museo de Cera, hay sitios secretos de los que no te escaparás.
Creo que el frigorífico no tendrá problema. Así que ya estás preparando maleta. Yo creo que la buena época es a finales de septiembre, o en semana santa. Sabiendo la "impulsividad" que tenemos los dos, te veo en mi casa incluso antes de que yo vuelva a Londres, estirado en mi sofá y con un TimeOut en la mano.
Lo bueno es que no tendrás que comprar productos para el pelo, porque yo tengo mucha espuma rizadora.
Creo que no te vas a librar de Amsterdam en Abril, y con un poco de suerte nos hacemos amigos de la reina que seguro que va fumada perdida.
Por lo otro, NYC me espera, y cuando me instale, eres bienvenido. A mi me gusta abrir mi casa a todos los que quieran, preferentemente a gente que esté agradecida y sea buena persona.

Otra cosa. Music Hall, Metro, Ministry of Sound o Fabric también nos esperan, con muchisima gente y musica Indie. Bestival se hace grande y si vienes en esas fechas nos lo pasaremos genial.
Y cada dia a correr en Hyde Park y puede que hagamos picnic en Ravenscourt Park. Un shwarma en Edgware Road y Portabello es nuestro.
Nos esperan grandes planes amigo de los rizos tostados

Thursday

Beograd

De nada hubiera servido no ir a Belgrado. Quiero a esa ciudad casi tanto como ella me quiere a mi. Mamá trabaja muy duramente para que la gente conozca su ciudad natal, por eso he decidido poner yo mi granito de arena y ayudarla un poco. anda, que aunque no vayas a visitarlo (cosa que sería una pena) entra en el link, que con cada visita a mi madre le regalas un suspiro. Por dios, si esto parece pedir limosna.

http://www.visitabelgrado.es/

Tuesday

1 mesecito de nada, monada




Ayer me desmayé. Stop. Aunque muchos piensen que es cuestión de calor, aquí estoy yo para negarlo. La, o el. Calor. ¿Qué será que entendemos por calor? Aquella sensación de cuando el aire cálido no transpira por nuestros poros. Mentira. No era por calor. Yo creo que me desmayé porque tenía ganas de desmayarme. Está bien eso de caerte al suelo y no hacerte daño. ¿O no? Anda, no me digas que no, que sabes que tengo razón.
Esta mañana, como buena ciudadana de la Barceloneta que soy ahora, me he levantado a las 9, y después de haber desayunado como una diosa con Andro, me he dirigido a la playa. Olé!
Poco después de haber nadado hasta aquel espigón artificial que nos ha regalado la generalitat en medio de la playa de la Barceloneta, como diciendo: “óle, aquí tenéis el regalo de Navidad por adelantado” me he dormido. Sí, porque es normal que después de una noche de “locurus-temporaris” mi cuerpo ya no de abasto. Andro y su croissant me habían dejado buen sabor de boca, y había decidido comprarme el mayor granizado de la historia. 20 minutos más tarde, después de haberme prostituido visualmente frente a las chinitas masajistas de la plage y haberles dicho treinta veces que no me apetecía un masaje, volvía yo a la playa con una botella de 2 litros de granizado de limón. Claro, como el señor Diego y su mujer Hortensia me tienen ya muy vista, me regalan 1 litro y el otro me lo gano con sonrisas. Para que luego digan que yo soy una borde. Sí, soy muy borde, pero vivo a costa de los demás, porque desde que vivo aquí, no me he gastado 10 euros en total en comida. Si ya lo decía yo. Donde hay mucho viejo allí vengo yo, que entre sonrisa y sonrisa, me pagan cada día la comida. Es verdad. Debes pensar que tengo un morro que me lo piso, y así es, pero yo no me defiendo de tus acusaciones. La economía está mal, y lo sabe todo el mundo. Y yo nunca he sido de robar, pero a ver, si los pakis compran una botella de agua a precio de fábrica, les sale 0,20€ la botella. Y a nosotros nos cobran como mínimo 0,50. A mí que no me roben, que para eso ya está el gobierno. Me he convertido en una revolucionaria. Claro que qué más me dará a mí. Yo vivo en mi magnífico Londres, y allí la economía va mejor de lo que te piensas. Pues sí. El ritmo de vida es un desastre, al contrario que aquí, porque no te voy a mentir, aquí estoy de campo y playa, todo el día en bragas y cada día más morena, sin tomar bocado y yendo a yoga porque me ayuda. Londres es rápido, frío y estresante, aquí hay sol, playa, chicos mínimamente decentes y muchas cosas que hacer. Yo no cambiaría por nada mi Barcelona. Eso sí, mi Londres tampoco.


Ayer estuve pensando en Alexandra. Sigue en Londres, y por alguna extraña razón la envidio. Ojalá pudiera irme a Camden Town o Portabello a dar un paseo, o simplemente coger la bici y degustar las vistas del Thames. Londres…Londres…tantos años rogué vivir allí. Y ahora pertenezco a su sociedad y su basura de Starbucks, a su manera de vivir y sus comidas y canciones y pubs y sobretodo mucha mano suelta y escándalo.
Pero no, estoy en Barcelona. Mi ciudad, mía y sólo mía. Soy la persona más egoísta del mundo mundial y orgullosísima de ello. ¿Qué por qué digo que Barcelona es mi ciudad? Pues porque una ciudad sólo pertenece a aquellos que a cada paso que dan se enamoran cada vez más de ella aún viviendo en la ciudad. Por lo tanto sólo hay 2 personas que hayan vivido en ésta Barcelona y que hayan enloquecido hasta el punto de amarla como a una mujer. Zafón y yo misma. Y yo creo que la Zafón es el responsable de mi locura. Porque solo alguien que haya estado enfermamente enamorado puede enloquecer hasta tal punto. Yo lo que no entiendo es cómo los médicos no me han diagnosticado bipolaridad o esquizofrenia, como a Alberto. Mamá dice que es porque los artistas somos diferentes y nuestra mente nace ya enloquecida, que ni ella me entiende, pero que ni lo pretende, que sabe que jamás entenderá mi manera de pensar, pero es que ni ella ni nadie, porque yo estoy convencida de que muchas veces debería pertenecer al coro del manicomio de Horta, como la aya de Penélope Aldaya, y eso rima, y puede ser peligroso. En todo caso. A mi poco me importa estar loca, y poco me importa que los demás me lo digan. Si yo ya lo sé, ¿para qué decírmelo? Es una pérdida de tiempo.
Confieso que tengo carácter difícil, que soy muy pesada y muy mandona, soy un trasto, a veces río y a veces lloro, vivo las cosas con pasión y soy muy extremista. Creo que me casaré 2 veces y me divorciaré las 2. Soy muy romántica, hasta tal punto de darme asco a mí misma, pero soy así. Adoro a mi madre, pero aunque no la vea durante mucho tiempo, no la echo mucho de menos. No tengo tiempo para echarla de menos. A papá hace mucho que no le veo. Y tengo ganas de verle. Mi “ex” me dio una buena dosis de negativismo, pero ahora me toca recibirla un poco de mi padre. Soy soñadora y escribo mucho, hay temporadas en las que escribo como una obsesa y hay largos meses en los que no me pongo frente a frente con un papel en blanco. Me gusta mirarme al espejo. A veces se refleja algo que me gustaría ser, pero sólo si me paso largos ratos frente al espejo. Veo a alguien grande y pequeño a la vez, veo que la niña que llevo dentro no la he perdido y eso, de algún modo, me gusta. Tengo la gran obsesión de lavarme los dientes más de 4 veces al día. Lo sé, no es bueno, pero yo lo haré hasta cuando se me acabe la pasta de dientes. Entonces estaré 1 semana sin lavármelos. Es broma.
Marc se ha ido a su pueblo de salchichas, pero no le echo de menos. Supongo que ya me he acostumbrado tanto a que no hablemos que no me parece una carencia en mi vida actual. Me entristece que después de tantas cosas, ya no tengamos un lazo tan fuerte como el de antes. Las personas cambian y él desde luego ha cambiado. Por sus amigos y su novia, a la cual odio a muerte. Siempre le he dicho que él podría llegar a más, pero no me hace caso. No soy mala persona, pero el día de su ruptura me alegraré. Y cuando digo me alegraré no quiere decir que me iré de fiesta (aunque puede que coincida con alguna fiesta), ni tampoco que beba champagne para celebrarlo, sólo que cantaré un aleluya bien grande y diré: venga, quedemos para ir a tomar la horchata más grande que existe.

Saturday

it's a non-stop goodbye


Supe que no vendrías. Lo sentía. Las gotitas de agua de la ducha, frías, se deslizaban por mi espalda, cayendo. En un momento pensé que querrían suicidarse. Oí el mensaje y no necesité leerlo para saber que me comunicabas que no vendrías. Tuve tanto miedo de tener razón. Tantísimo miedo. De alguna manera supe convencerte de que vinieras, tan solo media hora. A mi no me podías mentir. Los dos tuvimos miedo de que algo se los fuera de las manos.
Llegaste y yo me hice la tonta. Bajé corriendo porque ya no podía aguantar ni un segundo más sin verte. Lo sé. No tengo verguenza, pero tú tampoco.
Me rondaba por la cabeza una única cosa. A cada paso que dábamos, a cada ola que rompía, a cada guiri que se nos cruzaba, o a cada rayo de luz que se despedía, estuve a punto de decírtelo.
Sentía unas ansias de abrazarte, de tocarte, de quererte y olerte hasta volver a fundirme en tus brazos como la última vez que nos vimos. La tentación era tan grande. Te tenía tan cerca, pero te sentía tan lejos.
Caminamos, seguimos camianando.
Creo que mantenemos el record de pasos dados por corazones rotos.
Durante unos segundos tuve el deseo de dar media vuelta y correr. Alejarme de .
Me recordaba a la época en la que te amaba de verdad. Tu seguías preguntándo cuando llegaríamos, cuando, cuando, cuando...
Llegamos.
Las nubes anaranjadas cubrieron el edén de las lucecitas. Te sentabas a mi lado como si te sentaras al lado de una piedra. Ni una palabra. Sobraba todo. El cielo cubierto, mi regalo y el tuyo, mi falda y tus pantalones bajados.
Me sorprendió la rapidez con la que llegué a odiarte en tan solo pocos minutos.
Me di cuenta de que tarde o temprano acabaría por darte una bofetada. Y me quedaría tan ancha.
Gracias por decidir volver. Mis pies me mataban y parecía que jamás llegaríamos a casa, pero tú, como buen caballero que eres, regalaste esos 4 euros por un taxi. Que generoso.
Y la media hora se alargó. Parecían años luz.
Volví a ducharme, y a ser incoherente con el sistema global y los problemas de agua. Y pensé: abre la cortina y dúchate conmigo. Pero te dedicaste a inclinarte por la terraza, seguro que con remordimientos, pero con hambre, igual que yo.
Sabes tan bien como yo que la segunda parte de la historia es secreta y no la podemos contar. Mejor. Los secretos están para guardarlos.
Volví a pertenecerte. En aquel arrebato de pasión volví a ser tuya, volví a olerte y a tocarte, volví a sentirte cerca, tan cerca. Me daba igual todo lo demás, y a ti también. Y lo sé. Aquella segunda noche de Barcelona marcaría una etapa final. Supe que esos serían los últimos besos compartidos, supe que jamás podría volver a mirarte con los mismos ojos. Me había traicionado. Había traicionado mis promesas de jamás volver a besarte, traicioné los besos secretos y las mentiras piadosas, juré que jamás me dejaría volver a pertenecerte. Y sentí paso a paso como te pertenecía como jamás había pertenecido a nadie.
No araño, te dije. Sabes que mentí. Araño y muerdo, y beso y te deseo. Stop. Te deseé.
Cuando te acompañé a la estación, a cada paso que daba peor me sentía, me sentía sucia, vendida, abandonada...
Aquí lo dejo. Porque dejas de existir. Te desvaneces, te esfumas. Y no te odio, te quiero mucho. Pero lo hago por mi, porque me quiero demasiado como para seguir aferrada a algo irreal, a algo que nunca existió y sólo yo proyecto. Porque es lo mejor para los dos. Goodbye mi amor, goodbye hasta dentro de muchos años.

No Surprises

Ayer me llamaste. Tu voz quebrada reflejaba tu cansancio, pero aun así me llamaste. Y no es que no tenga mejores cosas que hacer, que también, pero me gusta tanto que me llames y nos pasemos horas al teléfono...

-La mala noticia es que no tengo dinero
-joder
-pues sí...es una putada lo de ser jóvenes y no tener ni un duro
-yo no puedo esperar a agosto para verte
-Y qué quieres que haga? Ya te he dicho que no tengo dinero, y no pienso prostituirme en el born para sacar la pasta!
-nunca dejaría que te prostituyeras
-si ya lo sé, tonto
-ya se lo que vamos a hacer
-"vamos"? qué quieres decir con "vamos"?
-si, vamos. tienes que darme tu numero de DNI i tu dirección
-porqué los quieres?
-tu dámelos
-pero porqué los quieres?
-porque los de EasyJet necesitan la información
-pero qué dices! tu te metes cosas! como se te va a ocurrir comprarme un billete!?!?!
-por qué no?
-pues porque no hay dinero y porque estas chalado
-no es una pregunta. es una orden
-ya te pones machote eeehh...
-no me pongo machote, déjame que te compre el billete
-que no!
-que si joder. que tengo poco dinero, pero el que tengo me lo quiero gastar en ti...

en realidad la conversación siguió 15 minutos más. tuviste que convencerme de que te dejara comprarme el billete...
de hecho, sigo sin saber porqué te dejé hacerlo, pero en fin. supongo que seran cosas de la vida.

Ahora hago maletitas (pequeñas, pequeñas). Me voy al campo. Cerca de Lyon, perdida en el monte con un Francés precioso y con cara de niño pequeño. Me voy a beber mucho vino, a bañarme en su piscina, a disfutar durante 5 dias del caló y el só de Francia, a relajarme un poco y a dejarme amar.
Me voy a reflexionar, a dejarme llevar por el viento y la sombra, me voy a leer y a planificar mi futuro, contigo o sin tí.
Prometo volver.

Tuesday

London summers



Estoy sentada en una cafeteria, en la esquina de Elgin Avenue y Lanark Road (City of Westminster). Tocan las 4.36 y acabo de salir de clase de canto de casa de Richard.
Si fuera mas joven me casaría con él. Él es hombre para mi, y no todos los demás, pero llego un poco tarde.
Sentada en uno de aquellos taburetes altos, mis piernas cuelgan. Delante mio, un parque se extiende hasta más allá de donde me alcanza la vista. El jazz se funde junto a la limonada que acabo de tomarme, mientras observo al hielo que se derrite en el vaso, ya vacío.



Hoy Londres se ha fundido en una sombra de sol y viento del sur.
Poco antes de de venir a clase, me he pasado por Belsize Park y su Royal Free Hospital para recoger a Zozon. 1 hora en la cual hemos entrado a 2 charity shops y nos hemos sentado a comer en un banco de Rolay Hamsted Park.


Ya está. El hielo se ha fundido. Ya es definitivo. El verano ha llegado.

Y yo me he puesto triste hoy cuando viajaba desde el Royal Free Hospital hacia Maida Vale porque me ausentaré de esta ciudad 2 meses. Y quieras o no, la voy a echar de menos. Que esto ha sido mi casa durante los ultimos 10 meses y 5 dias. Son tantos los recuerdos, las experiencias, la gente, los lugares, y todo lo que me ha llegado a pasar en esta ciudad, donde llueve, nieva, hace sol, frio, calor, o pasa un huracán, pero donde tu pagas por respirar.


El sábado me voy a Barcelona. Y como solo tengo billete de ida, creo notablemente que me quedaré durante unos 2 meses, aunque ya nada es seguro en mi forma de vivir. Si alguien es inestable, esa soy yo. lo admito.


A las 5.30 he quedado en la parada de Marble Arch con Jonas, Julien, Ally y Laurent para ir a dar un paseo de atardecer por Hyde Park. Nunca sobran los helados en un dia tan caluroso como hoy.


Hoy es uno de esos dias en los que pese a todos sus inconvenientes y manías, soy exageradamente feliz por vivir aqui.