Thursday



aquellos besos ya no nos pertenecian. Ahora no nos quedaba otra que pertenecer eternamente a la eternitud. ni vivir, ni morir. Nada que sentir. Asi que en vez de buscar a presas, Javier y yo recorriamos las calles desiertas en busca de besos escondidos entre alcantarillas oxidadas. Los demás se autoproclamaron vampiros. Y Javier y yo nos convertimos en ladrones de besos prohibidos mientras nos despedíamos del último sol, mientras nos despediamos del principio del fin.

No comments: